JEFF LYNNE´S ELECTRIC LIGHT ORCHESTA (BARCLAYCARD ARENA, HAMBURG, 18/9/2018)

Siempre, siempre es una delicia viajar al norte de Europa y poder ver a una de esas bandas que forman parte de tu corazón y son pilar de tu recorrido musical. Gentes como Supertramp, Buggles, Boomtown Rats, Status Quo o la misma ELO caían por casualidad en algún disco veraniego de hits y ahí, en ese momento, descubrías algo diferente, un discurso innovador.

La ELO fue innovadora, mezclaba lo orquestal con el rock, era un sinfónico amable, casi festivo, alejado de profundas pretensiones intelectuales de otros como Génesis, Pink Floyd o los mismos Yes…. Lynne, padre de las canciones del mítico grupo, es la llave del asunto…. ver a Lynne es ver a la ELO, más con el despliegue escénico, la sublime calidad y la exquisita selección de temas.

El viejo músico (71 años) hace muchos años que no sacaba a la vieja a ELO a pasear, de hecho su carrera ha estado centrada en producir a otros grandes, está considerado uno de los mejores productores de la historia de la música. Sus influencias son claras, el rock de los 50-60, Roy Orbison, The Beatles, la corriente sinfónica que emergía en los 70, todo ello aderezado con sabiduría y acercado al rock melódico, el art-rock y, en algún momento, incluso al disco. Muy difícil ver este producto musical, sólo en ciudades elegidas dentro de una gira cuidada.

Pues eso…. una viaje al pasado, al mejor pasado. Excelente transporte hasta el Barclaycard en metro (qué maravilla) y lleno absoluto en un arena que quita el hipo. Gente educada, amable, hasta silenciosa, … pero también animosa, respetuosa, muy muy generosa en el aplauso y la ovación (impresionante ovación final) hacia una banda que dio perla tras perla.

No es Lynne el hombre más dicharachero del planeta, estuvo sobrio, emocionado y agradecido, pero dentro de esa oscura timidez de hombre de laboratorio más que de rock-star de escenario.

Impresionante el juego de luces, soberbio el sonido, envidiable la puntualidad, apabullante el show. Por ahí iniciamos con una prodigiosa «Standin in the rain»… luego vinieron joyita tras joyita, «Evil woman», «All over the world» hasta 18 temas y un bis, una épica «Roll over Beethoven». Yo me frotaba los ojos y los oídos ante tan magno espectáculo, por volumen, calidad y precisión…. el ambiente empujaba a la emoción, los alemanes (y mucho británicos) en sus asientos, aplaudían y vitoreaban sin descanso, hasta los abundantes acomodadores (acomodadores en un pabellón de 17.000, sí) sonreían de oreja a oreja. Qué soberbia esa «Don´t bring me down», qué bella esa «When i was a boy», qué bonito ese homenaje a «sus» Travelling Willburys.

Viajar es maravilloso, ver rock o a músicos únicos en otros sitios es inolvidable y único. Nunca olvidaré esta experiencia alemana, tan valiosa, tan bien hecha, tan cómoda, tan redonda.

Ojalá el Sr. Lynne recaude buenos réditos para seguir a gusto en su mansión californiana, se habrá ganado cada euro, mi enhorabuena por haber tenido la valentía de presentarse de nuevo frente al público y hacerlo de una manera tan excelente…. ROCKARIA!!!

Por Antonio Saz

ELOSPAIN:

Always, always a delight to travel to Northern Europe and be able to see one of those bands that are part of your heart and a pillar of your musical journey. Acts like Supertramp, Buggles, Boomtown Rats, Status Quo, or even ELO itself would casually fall into some summer hit record, and there, at that moment, you discovered something different, an innovative discourse.
ELO was innovative, blending orchestral elements with rock, a friendly symphony, almost festive, far from the deep intellectual pretensions of others like Genesis, Pink Floyd, or even Yes. Lynne, the mastermind behind the legendary group's songs, is the key to it all. To see Lynne is to see ELO, especially with the scenic deployment, sublime quality, and the exquisite selection of songs.
The veteran musician (71 years old) hadn't taken ELO out for a walk in many years; in fact, his career has been focused on producing other great artists, being considered one of the greatest producers in the history of music. His influences are clear, the rock of the '50s-'60s, Roy Orbison, The Beatles, the symphonic wave emerging in the '70s, all seasoned with wisdom and brought closer to melodic rock, art-rock, and at some point, even disco. It's very rare to see this musical product, only in selected cities within a carefully planned tour.
So, it was a trip to the past, to the best past. Excellent transportation to the Barclaycard Arena by metro (what a marvel), and a full house in an arena that leaves you breathless. Polite, friendly, even silent people… but also lively, respectful, very generous in applause and ovation (impressive final ovation) for a band that delivered hit after hit.
Lynne isn't the most talkative guy on the planet; he was sober, moved, and grateful, but within that dark shyness of a lab man rather than a stage rock star.
The light show was impressive, the sound superb, the punctuality enviable, and the show overwhelming. We started with a prodigious "Standing in the Rain," then gem after gem, "Evil Woman," "All Over the World," up to 18 songs and an encore, an epic "Roll Over Beethoven." I was rubbing my eyes and ears at such a magnificent spectacle, for volume, quality, and precision… the atmosphere pushed for emotion, Germans (and many Brits) in their seats, applauding and cheering incessantly, even the numerous ushers (ushers in a 17,000-seat arena, yes) were grinning from ear to ear. How superb that "Don't Bring Me Down," how beautiful that "When I Was a Boy," how nice that homage to "his" Traveling Wilburys.
Traveling is wonderful; seeing rock or unique musicians elsewhere is unforgettable and unique. I will never forget this German experience, so valuable, so well done, so comfortable, so perfect.
Hopefully, Mr. Lynne will reap good rewards to continue comfortably in his Californian mansion; he will have earned every euro. My congratulations for having the courage to step in front of the audience again and do it in such an excellent way… ROCKARIA!!!
By Antonio Saz