LA ELO Y YO
por PEDRO LÓPEZ VICTORIO
Muchas veces resulta dificil explicar en unas cuantas letras lo que significa la pasion que uno tiene por algo, a veces resulta imposible ponerle una palabra a un sentimiento concreto, en este caso, no resulta menos complicado, pero lo intentare…
Como a cualquier persona que le gusta la musica con pasion, supongo que sus primeros recuerdos de algo que le llama la atencion pueden ser desde los 11 años en adelante lo mas prematuros o bien entrada la adolescencia, yo, como muchos otros creo que sobre los 11 ya escuchaba la radio en mi habitación para esperar por si ponían mis canciones favoritas. Esto que no parece importante, en mi caso si que lo es porque los que no somos de la generación en las que las radiofórmulas ponían a todas horas a Bee Gees, Supertramp o Electric Light Orchestra resulta a veces desconcertante cómo mis gustos musicales cambiaron radicalmente en el momento que JEFF LYNNE y su ELO entraron de forma «accidental» en mi vida.
Siempre me gustó la música electrónica y todas sus vertientes poperas construidas con sintetizadores, desde bien jovencito gastaba mi paga semanal en vinilos, aunque eso conllevara, no tener pasta y tener que quedarme algun domingo escuchando ese disco del grupo de turno que muchas veces no era lo bueno que tu creías.
Curiosamente, el primer disco que entró en mi estanteria de Jeff Lynne, no era vinilo, ni de ELO y ni siquiera era un disco de Jeff, era en cassette y se trataba de la BSO de «Electric Dreams», ni que decir tiene que lo compré evidentemente porque aparecian grupos que me gustaban mucho como The Human League, Giorgio Moroder o Heaven 17.
La sorpresa fue, que ese cassette lo ponía mucho, pero solamente para escuchar la 2ª canción de la cara A, osea «Video» de un tal Jeff Lynne que yo no había escuchado en mi vida, ni siquiera sabía de dónde venía. Me encantaba lo simple de la estructura del tema, la voz, y sobre todo la melodía que la hacía destacar sobre todas las demás de esa banda sonora.
Un buen dia, entré en «Discocentro» con un amigo y con algo de pasta en el bolsillo pero sin ningún grupo en mente en donde destinar ese dinero. Después de un buen rato en el que me dolían los dedos de pasar vinilos y no decidirme por ninguno, mi amigo, creo que agobiado de ver que tenía que salir de allí con algún disco e íbamos a perder la tarde, me dijo: ahora que tienes otros gustos y alucinas con Alan Parsons, Beatles, etc, etc… ¿por qué no pruebas con algo de ELO…? No sé, le conteste, aunque mi amigo me recordó que en el doble recopilatorio que tenía entre mis manos se hallaba «Livin Thing» (me la tarareo) y pense, claro que la he oído y no esta mal, en fin, decidí llevármelo increiblemente a pesar que en principio, sólo había oído un tema y tampoco era para fliparlo.
Cuando llegue a casa recuerdo poner uno de los dos vinilos y empezar a escuchar sin ningún interés, de hecho, empezaba con «Dont Bring Me Down», y mi hermana que oyó aquel tema se acercó y me dijo que le encantaba… Lo alucinante es que yo no pensaba igual. Lamentablemente como muchos otros discos lo dejé en la estantería pensando en estrangular a mi amigo cuando lo volviera a ver. Pero gracias a Dios todo cambio un mes más tarde, ya que tenía que ingresar en la Academia Militar de Zaragoza para hacer el servicio militar y pensé que la mejor manera de pasar los fatídicos primeros meses sería grabando un montón de cassettes para escuchar música en mi walkman. Entonces pensé en grabar discos que me gustaban mucho y otros discos que había comprado pero que casi no había escuchado.
En fin, un buen día coloqué en mi walkman las cintas de ELO que había grabado, y… no puedo describir lo que sentí cuando escuche por primera vez «Confusion». Iba como un zombie andando por el cuartel descubriendo el maravilloso sonido y las increibles canciones que un mes y pico antes no asimilé… es curioso.
Lo mejor estaba por llegar, ya que era tal la obsesión que tenía por ELO y lo que machaqué esas cintas que en uno de los permisos que me dieron, nada mas bajar de la estacion de autobuses me fuí cargado con el petate a una tienda cercana llamada «Harmony» a comprar discos de ellos. Una vez entré en la tienda recuerdo que tenía unos tres o cuatro vinilos de ELO y decidí comprar aquel que tuviera mas canciones que no hubiera oído y no aparecieran en el recopilatorio que había machacado.
Ese disco en concreto era «TIME» ya que sólo había oído en el recopilatorio que tenía «Hold On Tight», y de camino a casa iba un poco acojonado pensando en que probablemente lo mejor de este grupo era lo que habia oído de Greatest Hits, como solía pasar con muchos otros.
Bueno, recuerdo sentarme junto al tocadiscos y empezar a escucharlo… Era como si el cerebro se me hubiera dado la vuelta y nunca más volviera a su sitio… Tan sólo puedo decir que ese día cambió mi vida, ya que lo que mis oídos estaban eschuchando era lo más maravilloso que había oído nunca… sintetizadores, coros, cuerda, vocoders, guitarras… ese sonido aplastante de batería, todo mezclado era algo que mis oídos nunca habían escuchado.
A partir de ahí empezó una época maravillosa en el que todos los fines de semana iba a por algo nuevo de ELO, a la vez que mi pasión por ellos, (sobre todo Jeff Lynne, ese nombre que no me sonaba cuando compre «Electric Dreams») crecía y crecía.
Podría pasarme horas describiendo lo que para mi significa JEFF LYNNE, no sabría destacar si es mejor su voz que sus maravillosas canciones, o lo increible de sus producciones plasmado en ese fantastico sonido que elaboró en ELO. Supongo que serán todas ellas a la vez lo que hizo que me enamorara de todos esos exelentes discos. Cuando hablas con gente que no percibe la música igual que tú, cuesta explicarle porqué una canción, un disco o una banda pueden cambiar tu vida, muchos echan a reir como si fuera imposible o poco menos como si estuvieras loco, pero en mi caso asi ha sido.
Porque ya no sólo es disfrutar de su música, sinó que gracias a ELO he conocido a personas muy inportantes en mi vida y que han ido marcando mi camino, ellos saben quienes son y siguen formando parte de mi vida habiendo vivido momentos inolvidables en todos estos años… y sé que será así para siempre, porque, como un buen amigo dijo alguna vez…. «lo mejor todavía está por llegar».